Pathea Games, reconocidos por My Time at Portia y My Time at Sandrock, ha sorprendido con una propuesta mucho más oscura y ambiciosa: The God Slayer. Este nuevo RPG de acción fusiona elementos de fantasía steampunk, mitología oriental y libertad rolera. Su anuncio ha llegado acompañado de un primer vistazo al gameplay, dejando clara su intención de conquistar a jugadores que buscan mundos complejos, dinámicos y narrativas cargadas de conflicto.

Un mundo oprimido por lo divino y marcado por antiguas heridas
La historia tiene lugar en una metrópolis de estética steampunk inspirada en culturas asiáticas, un lugar donde los llamados Celestiales —entidades divinas que gobiernan sin piedad— ejercen un dominio absoluto sobre sus habitantes. Tras la «Caída de los Dioses», un suceso que arrasó al reino más poderoso y a los Elemancers que lo defendían, la población ha vivido sometida al miedo y la obediencia.
En este escenario surge Cheng, uno de los pocos Elemancers que sobrevivieron al exterminio. Cargado de ira y decidido a vengar la muerte de su familia, se convierte en el motor de una rebelión que busca derrocar a los dioses responsables de la tragedia. Su travesía se construye sobre la idea de recuperar un poder que los Celestiales temen: la manipulación del Qi, la misma energía que provocó el conflicto que desencadenó la masacre.
El juego, respaldado por el China Hero Project de Sony, pretende llevar esta narrativa hacia un tono más serio y adulto, alejándose del estilo luminoso y optimista de los títulos previos del estudio.
La libertad de un Elemancer: decisiones, poderes y caminos alternativos
Uno de los pilares de The God Slayer es su sistema de combate elemental, que permite combinar agua, tierra, metal y fuego para crear ataques, alterar armas o manipular el entorno. Cada jugador podrá moldear un estilo propio, creando sinergias que evoquen la creatividad vista en Avatar: The Last Airbender, pero con un enfoque más táctico y brutal.
Además, las misiones ofrecen múltiples enfoques. Quienes prefieran la acción directa podrán enfrentarse a los guardias sin rodeos, mientras que los más estratégicos podrán recurrir al sigilo, crear distracciones manipulando elementos del ambiente o descubrir rutas alternativas escondidas entre callejones, tejados o zonas prohibidas.
Este enfoque recuerda a la libertad presente en títulos como Assassin’s Creed, pero adaptado a una estructura RPG más profunda, donde cada decisión —tanto en combate como en exploración— moldea la experiencia. La campaña promete alrededor de 40 horas de contenido, manteniendo un ritmo sólido entre la narrativa, los enfrentamientos y las oportunidades de experimentar con sus sistemas.
Una ciudad que respira, evoluciona y revela sus sombras
La capital de Zhou se presenta como el núcleo del mundo del juego: un entorno gigante y reactivo que combina dirigibles, monorraíles y maquinaria avanzada con una marcada desigualdad social. Las calles altas, brillantes y llenas de actividad contrastan con distritos donde la pobreza, la vigilancia extrema y la tensión política dominan cada esquina.
Aquí, la resistencia encuentra su base, la vida cotidiana se entremezcla con la tensión del régimen celestial y las misiones emergen con naturalidad gracias al dinamismo del entorno. Las acciones del jugador no solo influyen en su reputación, sino en el modo en que la ciudad responde a su presencia, creando una sensación de mundo vivo que amplifica la inmersión.
Con su mezcla de estética steampunk, mitología, combate experimental y libertad estratégica, The God Slayer apunta a convertirse en uno de los proyectos más ambiciosos del estudio. Ya puede añadirse a la lista de deseos en Steam y Epic Games Store, mientras que las páginas de consola estarán disponibles próximamente.
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