En esta galaxia no existen las celebraciones tranquilas. Cuando llega el momento de conmemorar algo, se hace con fuego, disciplina y una buena dosis de ironía. A pocos días de cerrar el año, un evento especial irrumpe con fuerza y transforma el ritmo habitual de las misiones, empujando a los jugadores a participar en una festividad que mezcla propaganda, humor y destrucción controlada.

Una celebración obligatoria que altera el orden habitual

El evento no se presenta como una simple excusa decorativa. Desde el primer momento, deja claro que participar no es opcional. Durante un periodo limitado, se activan órdenes especiales que modifican la forma de afrontar las misiones y condicionan las decisiones tácticas de cada escuadra.

La idea detrás del festival es tan contradictoria como habitual en este universo: celebrar la paz a través de medios abiertamente violentos. Bajo ese lema, el evento se extiende más tiempo de lo habitual, impulsado por un fondo especial que permite desplegar más recursos y alargar la fiesta hasta los últimos días del año.

El inicio está marcado para el 18 de diciembre y, desde ese momento, el juego entra en una fase distinta. No se trata solo de completar objetivos, sino de hacerlo bajo condiciones concretas, con reglas que cambian y recompensas que solo están disponibles durante esta ventana temporal. El cierre llega justo al filo del cambio de año, reforzando la sensación de cuenta atrás constante.

Estratagemas sin restricciones y acceso temporal a contenido premium

Uno de los grandes atractivos del festival es la liberación temporal de estratagemas. Durante el evento, prácticamente nada queda fuera de los límites habituales. Armas, apoyos y herramientas que normalmente requieren desbloqueos específicos pasan a estar disponibles como parte de las celebraciones.

Incluso algunos contenidos premium entran en rotación de forma excepcional. Esta decisión no solo amplía las opciones tácticas, sino que también altera el equilibrio de las partidas, invitando a experimentar con combinaciones poco habituales y enfoques más agresivos.

El sistema de Órdenes Mayores funciona como guía. A lo largo del festival, mensajes dentro del juego informan qué orden está activa en cada momento y qué estratagemas deben utilizarse de forma obligatoria. No adaptarse significa quedarse atrás, ya que el evento está diseñado para empujar a toda la comunidad en una misma dirección.

Este enfoque convierte cada sesión en algo imprevisible. Lo que hoy es viable, mañana puede cambiar, obligando a reorganizar escuadras y replantear estrategias sobre la marcha.

Un cierre de año marcado por fuego, propaganda y comunidad

Más allá de las mecánicas, el festival refuerza el tono satírico que define al juego. Todo está envuelto en un discurso grandilocuente sobre la paz, la familia y la democracia gestionada, contrastando con cielos iluminados por explosiones y campos de batalla saturados de acción.

El evento funciona también como punto de encuentro para la comunidad. Al concentrar a los jugadores en un mismo marco temporal y bajo reglas compartidas, se genera una sensación de acontecimiento colectivo difícil de replicar en el contenido estándar.

Con su final programado para el 31 de diciembre, el festival no solo cierra un ciclo dentro del juego, sino que acompaña el cierre real del año con una propuesta intensa, limitada y diseñada para dejar huella antes de desaparecer.